miércoles, 27 de noviembre de 2013

IX Congreso Estatal de CERMIS


 

Nota informativa
IX Congreso Estatal de CERMIS Autonómicos ‘Gestión del cambio en discapacidad’
Para el CERMI, la convergencia asociativa contribuye a la sostenibilidad global del sector de la discapacidad

Así lo ha expresado el delegado del CERMI para la Innovación y la Convergencia Asociativa, Paulino Azúa, en el marco del IX Congreso de CERMIS Autonómicos ‘Gestión del cambio en discapacidad’, que tendrá lugar hasta mañana en Santa Cruz de Tenerife.

(Santa Cruz de Tenerife, 25 de noviembre de 2013).- Según el delegado del CERMI para la Innovación y la Convergencia Asociativa, Paulino Azúa, la convergencia asociativa contribuiría a la sostenibilidad global del sector de la discapacidad, al mismo tiempo que permite a las organizaciones compartir proyectos que beneficien a las personas, ayudaría a articular mejor el tejido social, conseguiríamos una mayor influencia política, aprenderíamos los procesos de cambio y crearíamos nuevos espacios de encuentro.

Así lo ha expresado durante su intervención sobre ‘Uno de los vectores del cambio: la convergencia asociativa’, en el marco de la inauguración del IX Congreso Estatal de CERMIS Autonómicos ‘Gestión del cambio en discapacidad’, que tendrá lugar hasta mañana en Santa Cruz de Tenerife.

Para él, es “fundamental” crear un clima de confianza entre las entidades de la discapacidad para llegar a esa cooperación, tanto en el ámbito político, de gestión de servicios, de proyectos y programas, en la forma de compartir conocimientos y formación, y tanto en la dimensión asociativa.

En este sentido, ha apostado por poner a las personas al frente de las organizaciones, y la convergencia, ha asegurado, ayuda a detectar mejor sus necesidades, y llegar a un colectivo mayor y de una manera más eficiente, aumentando la presencia política y convirtiéndonos, por tanto, en organizaciones más globales. La convergencia, ha incidido, no hace perder el discurso de cada entidad ni su identidad social, ni debe olvidar su razón, ni ser el fortalecimiento de personalismos, así como tampoco debe suponer la desaparición de éstas.

Entre los retos que ha expuesto, ha destacado la necesidad de compartir una visión y unos valores, la voluntad política, el liderazgo, una mayor competencia técnica, encontrar elementos comunes, tener en cuenta a las organizaciones más pequeñas, así como la necesidad de que existan emprendedores de la convergencia, una cultura compartida, y un estado de opinión.

Además, representantes de entidades como el Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), el CERMI Comunidad de Madrid y el CERMI Región de Murcia han aplaudido las ventajas de la convergencia asociativa y han destacado la importancia de que las organizaciones de la discapacidad vayan en esa dirección, desde un clima de confianza.



Bases para el cambio necesario en discapacidad
El profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Alcalá de Henares, Vicente Marbán Gallego, ha presentado el Estudio ‘Realidad, necesidades de cambio y retos futuros en el sector de la discapacidad’, realizado, según ha dicho, “para y desde las entidades de la discapacidad”, con el objetivo de analizar las necesidades actuales para las personas con discapacidad, y, sobre todo, los recursos necesarios para atender sus necesidades de renta, empleo y servicios en el horizonte 2020.

Según EDAD 2008, hay una población de 3.787.000 personas con discapacidad, en la que las tasas de pobreza duplican la media nacional a pesar de las mejoras en el empleo y en la protección social, con elevadas tasas de abandono escolar en el ámbito educativo; y con un bajo nivel de titulación superior y de tasas de ocupación.

En relación a la financiación de las organizaciones de la discapacidad, ha destacado la diversidad en cuanto a tamaño, que está muy polarizado en las entidades de primer nivel, con un elevado nivel de solidez patrimonial y un bajo nivel de endeudamiento a largo plazo, pero con una elevada dependencia de recursos públicos. Asimismo, se ha referido a una limitada diversificación de recursos, una incertidumbre en los recursos públicos y privados con la crisis, un modelo de colaboración entre entidades todavía limitado, amplias mejoras de gestión y cierto déficit de transparencia.

En cuanto a los modelos de desarrollo asociativo, ha explicado que el sector de la discapacidad es “muy diverso”, y que afronta nuevos retos debido a la incertidumbre sobre el devenir del Estado del Bienestar, contando con cambios en la base social de la discapacidad. También ha apuntado a las tensiones entre la gestión de servicios, la función reivindicativa, la defensa de los derechos y la innovación social.

Además, ha señalado las necesidades sociales en el horizonte 2020, y ha marcado como objetivos de la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020 y la Estrategia Española sobre discapacidad 2012-.2020, que se espera alcanzar una tasa de empleo del 40%, reducir un 25% la situación de pobreza, y reducir al 18% la tasa de abandono  escolar.

Por otra parte, ha subrayado que para lograr la sostenibilidad del sector de la discapacidad existen dos grupos de medidas, las del conjunto del Tercer Sector de Acción Social y las propias del sector de la discapacidad. Según ha indicado, las primeras son las relativas a una mayor exigencia de cláusulas sociales en las contrataciones públicas, un tratamiento no discriminatorio del IVA, nuevas formas de colaboración en el seno de las organizaciones del Tercer Sector, mejoras en transparencia y rendición de cuentas, así como una mayor apelación a la sociedad civil.

En relación a las medidas del sector de la discapacidad, ha hablado de la reestructuración para superar la atomización vía fusiones y formas de colaboración permanente, una incidencia creciente en innovación como valor añadido, y un reforzamiento de la participación social interna y cívica.

Entre las conclusiones del estudio, ha mencionado la necesidad de un cumplimiento efectivo de los avances legislativos y de las estrategias hasta ahora logrados, la apertura a la diversidad emergente de la discapacidad; reforzar la capacidad de negociación y reivindicación ante las administraciones públicas en conexión con el conjunto del Tercer Sector; la mayor diversificación de fuentes de financiación del sector de la discapacidad; y conciliar dos polos en tensión (el crecimiento organizativo y el desarrollo social de las entidades).

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