Varias Comunidades realizan esta práctica sin analizar
las necesidades y deseos de las personas
.- La
escasez de recursos residenciales específicos, o la necesidad de ocupar plazas
vacías en centros de mayores con dificultades de viabilidad económica, no
pueden ser razón para ofrecer servicios que no se corresponden con las
necesidades de estas personas.
.- En
Europa, más de un millón de personas con discapacidad viven en instituciones
aisladas, en donde se les obliga a vivir juntas, sin control sobre sus vidas ni
sobre las decisiones que les afectan.
La Confederación FEAPS ha detectado en varias comunidades
autónomas prácticas de derivación de personas con discapacidad intelectual a
residencias de mayores en contra de su voluntad y sin contar con los apoyos
necesarios para asegurar su calidad de vida. La escasez de recursos
residenciales específicos, o incluso las plazas vacías en determinados centros
de mayores con dificultades de viabilidad económica, no pueden ser razón para
ofrecer servicios y apoyos que no se corresponden con las necesidades de estas
personas.
FEAPS considera que
establecer límites de edad fijos (como los 60 o 65 años) para derivar a una
persona con discapacidad intelectual del servicio social que utiliza a otro de
mayores, impide utilizar los recursos más adecuados para cada uno y que se
garantice su arraigo social y afectivo. Una asignación automática basada
únicamente en un criterio de edad –sin un correcto análisis de las necesidades
por parte de la administración y sin la participación directa de la propia
persona en la toma de decisiones–, puede crear procesos negativos de soledad,
pérdida de las relaciones sociales e incluso cuadros de carácter depresivo,
generando además una situación que atenta directamente contra los derechos
reconocidos de las personas con discapacidad.
El envejecimiento de la
población –y por tanto de las personas con discapacidad intelectual o del
desarrollo–, es una realidad a la que hay que dar respuestas personales
buscando su permanencia en su entorno habitual, respetando sus derechos y
promoviendo su autonomía y participación social. Por ello, FEAPS únicamente
considera adecuada esta derivación en aquellos casos en los que la persona con
discapacidad intelectual es mayor y el centro le ofrece un plan de apoyos
personalizado, con servicios adaptados a sus necesidades, y contando con el
consentimiento expreso de la persona.
El Proyecto “Buena Vejez”,
desarrollado por entidades de FEAPS, promueve una atención en servicios
centrados en proyectos de vida. Su objetivo es fomentar, con el protagonismo y
la participación directa de cada persona, una vejez activa, rica en
experiencias, que posibilite entornos significativos y positivos y evite
procesos de institucionalización y abandono.
FEAPS advierte que en
Europa más de un millón de personas con discapacidad viven en instituciones
aisladas, en donde se les obliga a vivir juntas, sin control sobre sus vidas ni
sobre las decisiones que les afectan. Por ello, nuestra organización considera
necesario que se aseguren recursos para la promoción de la vida independiente
de cada persona ofreciendo apoyos y financiación para que se produzca una
transición desde recursos meramente asistenciales e institucionalizados hacia
recursos basados en la comunidad.
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